Cuando tu peque nace conserva una parte del cordón umbilical por lo que este se convierte en uno de los principales cuidados que tu bebé tiene que recibir después de cada cambio de pañal.
Por lo general, la parte superior del cordón se momifica y se seca convirtiéndolo en una especie de masa dura y seca, que hasta su caída, debe ser higienizada. Sin embargo, la base continúa húmeda y algo amarillenta. Si bien la zona irá secándose poco a poco es necesario evitar infecciones por lo que es necesario usar una gasa esteril con suero fisiológico o de la manera en la que tu pediatra te aconseje.
Es importante dejarlo al aire libre para una rápida cicatrización por lo que se debe usar pañales con protección umbilical y de tiro bajo. Este proceso de higiene no le produce dolor al bebé, aunque la sensación de frío puede provocar el llanto.
Es importante observar que no existan estas molestias ya que podría significar la infección del área:
Entre los cinco y quince primeros días el cordón termina por desprenderse y si notas que la zona permanece húmeda continúa higienizando la zona.
Recuerda que es importante seguir las recomendaciones de tu pediatra en cuanto a la curación de esta zona y si tienes dudas o inquietudes sobre el procedimiento te aseguramos que tu médico podrá resolver todas tus dudas.